19.7.09

Dafne

Después de unas semanas sin tener apenas descanso, me escapo un momento para dejaros algunas palabras y otro más de mis poemas de la época del 2006-2007. Pido disculpas a mis amigos bloggeros porque no he tenido ni oportunidad de pasarme para leerles, y noto que la actividad ha sido intensa; en cuanto pueda os dejaré los acostumbrados comentarios.

El siguiente poema se titula Dafne. La historia de Dafne pertenece a la mitología clásica, se trata de una dríade, una ninfa de los ríos. Apolo, el dios del Sol, se enamora de ella por una jugarreta que le hace Eros. Dafne, sin embargo, detesta a Apolo, y trata de huir de él. Dafne corre desesperada por el bosque para huir del dios, finalmente los dioses se "apiadan" de ella y la transforman en el árbol del laurel.

Cuando escuché esta historia, me preguntaba por qué era tal la insistencia de Dafne por huir de Apolo (yo no sabía que Eros la había hechizado para detestarlo), y si encontraría Dafne alivio al transformarse en un árbol. Llevé la historia a mi propio mundo personal, y pensé en Apolo (dios del Sol) como el mismo Sol, más que como un ente humano, y en lo que representaba para mí el Sol. Este astro se repite mucho en la poesía que escribí durante esta época: el Sol lo representa Todo, es un ser imparcial, con su calor y su luz sobre la Tierra, impone sus leyes, es el que te da la vida y también el que te la quita, es el que ama, pero con un amor tan fuerte que abrasa, es el ente que nos hace movernos a su alrededor y en el que acabaremos sumergiéndonos, si no se apaga antes. Bien mirado, el Sol cumple en muchos de sus atributos, con las mismas atribuciones que se pueden aplicar a Yahvé-Dios, el Dios hebreo del Antiguo Testamento. Esta arriba, en los cielos, observándote, todopoderoso, puede castigarte o bendecirte, y no hay nada que podamos hacer para controlarlo.

Así pues, mi Dafne íntima y personal huía de Dios, o más bien de la ley de Dios. Pero de Dios nadie puede huir. Es esta una gran calamidad para la humanidad.

Dafne, en mi poema, busca qué forma adoptar, en qué puede convertirse o a dónde puede huir, para poder escapar del amante, que más que Dios, o el irreductible Sol, es la Realidad imperante: todas las leyes de nuestro mundo, desde las naturales hasta las más sociales, incluso las que nos son propias como base de nuestra sociedad. Dafne busca distintas formas de huir de esta realidad, pero inevitablemente siempre acaba dándose de bruces con su destino de mundo real. Dafne finalmente acepta su destino de árbol, y entiéndase árbol como vegetal, ser anodino e inmóvil, que abandona todo pensamiento, y se funde con la tierra para poder vivir en paz, si bien sueña con que alguna vez pueda conseguir librarse del mundo real, y finalmente triunfar (no olvidemos que el triunfo se representa con una corona de laurel, árbol en el que acaba transformada Dafne) . Triste historia.

Lo titulé XIII, Dafne porque el número XIII es, en el Tarot, la carta de la muerte, ya que, siguiendo otro curso de pensamientos, pensé que Dafne, queriendo huir de esta realidad, quizás sólo quería huir de la muerte. Al mismo tiempo, y esta es la base de la confusión de este y de algunos de mis otros poemas, quizás sólo sea la muerte, junto a la locura, la que consiga librarnos de la realidad. Y el terror, lo que nos mantiene apegados a la realidad, y hace que huyamos de la muerte y de la locura. Con este curso de razonamientos, es lógica la confusión, y él no saber si aproximarse o huir...

XIII (Dafne)

Aquí estoy de nuevo, arrastrándome por el suelo
por si eso bastara.
Quizás hoy encuentre en el duro mármol
de tus regias leyes
un vacío,
o mi cuerpo siendo un árbol
pudiera atravesar lo pétreo de tus posibilidades
con unas raíces que no absorban las vanidades
de mi carne.
Y mientras tanto me pregunto
por qué es tu causa tan inflexible
y la mía tan irrefrenable, y no me digas
que lo contrario es un desierto,
que no me basta.

Pues ya ves que aquí estoy de nuevo, arrastrándome
por una cama, tratando de averiguar qué resorte,
o qué agujeros he de hacer a qué huesos
para volverlos huecos y emprender el vuelo,
ser ave y que nunca me atrapes,
y ahora llama al huracán, y yo lamiendo tus besos
de viento,

porque pronto estaré arrastrándome,
como caminando con la nariz reposando en un espejo
con la cabeza vuelta del adivino,
tratando de huir de los vientos de mi destino,
¡ya olvidé si lo que quiero es amarte,
si me alejo o me aproximo!

Así que estaré de nuevo arrastrándome,
y te suplicaré
un poco de luz con su sombra, con su tierra
y con su abono, y extenderé mis ramas hacia ti
y soñaré coronas de laurel
mientras me traga la olvidadiza hiedra.




6 comments:

eρHedro said...

Me gusta mucho el ritmo que tiene.
Por otro lado, la explicación encorseta mi percepción del poema.
¿Y si la próxima vez dejas un tiempo hasta contarnos acerca del poema?

Francisco Negrete Mendoza said...

Creo que sí te enrrollaste un pelín en la explicación, pero está muy bien, la verdad, buen pulso. ;)
Un abrazo.

yosoyjoss said...

Oido cocina ;-)

elmudo said...

Un día leí la intro.
Varios días después, los versos (son las cosas de la intuición).
Quiero decirte con gratitud que, ahora que vuelvo a pasarlo mal, leerlos me ha aliviado mucho. Creo yo que ahí se ve que eres un clásico, y por eso vuelvo a darte las gracias.
Ojo: lo eres escribiendo, no filosofando. Contrólate en eso. Pero Josete, hijo, no sabes cómo he agradecido tu limpieza y tu calidad.
Te mando ocho mil quinientos besos.

yosoyjoss said...

Pues sí, veo que has hecho bien en leer las dos cosas por separado. Pues mira que yo me consideraba más filósofo que poeta... Oye, para mí es un halago inmenso que me consideres un clásico, ser un clásico en vida y tan joven, jejeje...

Argax said...

Pues sí, muy reconocible tu manera de escribir, como dice Fermín, eres limpio haciéndolo, las ideas e imágenes quedan expuestas con un brillo que las hace destacar.

Un abrazo.


Sobre mí

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Siempre he estado interesado en la comunicación y en las relaciones sociales, así que en 2001 comencé estudios universitarios de Psicología en Jaén y Nancy (Francia). En 2007 decidí emprender una nueva trayectoria profesional en el mundo de la comunicación y ventas. Simultaneé mi primer empleo como Agente Comercial con estudios de Comercio y Marketing. Pero la vida da un montón de vueltas y este cajón es muy pequeño. Conclusión, me he probado ya cien máscaras y todas me resultan incómodas.

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