Y así distingo entre sueños destellos metálicos en su cara, quizás de espejo o de cristal.
Romper a llorar de pronto como si después de tanto tiempo aún cupiera la sorpresa, como un golpe seco por la espalda.
Veo a Carlos soñar con pulpos que se pegan en su cara. Pesadillas en carboncillo. Estética de cómic de un niño que se recordaba adulto.
Veo a alguien, una joven de su edad, que no conozco, exclamar a su madre, casi llorando: "que Cano ha entrao".
Veo a un preso que le advierte: "ten cuidao con los moros". Pilares que se derrumban.
La cárcel es un lugar gigante, sin límites, que excede la física, las puertas son coincidentes. Cierran una puerta y la puerta se cierra en todos los sentidos. Lo peor es la memoria, el naufragio y la oquedad.
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:(
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