Dime niño, lo que ocultas en el fuego,
¡jamás te lo diré, jamás te lo diré!
Me reiré de ti, de tu suerte de aliento.
Basta de gemir mi nene, basta de reír
¿es que no ves que estás muerto?
¿que el mundo te mató?
Ese mismo, mi pequeño, ese mismo
que te nació en las manos
con las manos,
en el gesto
con un gesto,
¡bienvenido, estás muerto!
Y nada importa demasiado,
demasiado importa ya nada,
para que lo digas, no lo digas
porque no lo harás callar
ni las voces, ni los llantos
porque no lo harás callar
ni las letras, ni lo cantos
porque no lo harás callar.
Dime niño, eso que ocultas
lo que te tiembla en el fuego,
dilo ahora, o dilo luego
con los dedos con sus puntas
¡jamás te lo diré, jamás te lo diré!
Me reiré de ti, de tu suerte de aliento.
Basta de gemir mi nene, basta de reír
¿es que no ves que estás muerto?
¿que el mundo te mató?
Ese mismo, mi pequeño, ese mismo
que te nació en las manos
con las manos,
en el gesto
con un gesto,
¡bienvenido, estás muerto!
Y nada importa demasiado,
demasiado importa ya nada,
para que lo digas, no lo digas
porque no lo harás callar
ni las voces, ni los llantos
porque no lo harás callar
ni las letras, ni lo cantos
porque no lo harás callar.
Dime niño, eso que ocultas
lo que te tiembla en el fuego,
dilo ahora, o dilo luego
con los dedos con sus puntas
5 comments:
El niño que porta un secreto y alguien que quiere arrancárselo, robárselo, mediante amenazas de muerte.
A mi que me da que jamás podremos dejar de hablar de los diamantes que robamos y escondimos debajo de la loseta suelta.
Me gusta tanto que estés de vuelta críptico Joss, me alegra tanto que escribas.
Un besazo.
Y tan críptico, lo cierto es que el comienzo de este poema fue hecho con escritura automática, puse la mente en blanco y empezaron a salir cositas, luego le di forma y cierto sentido, al final, ha surgido uno de los poemas más íntimos que tengo.
A mí me alegra mucho tener a un lector como tú, que aprecias las palabras (y excelente escritor también).
Consigo, por primera vez en más de cien horas, disfrutar en lugar de sufrir.
Gracias por tu verso postmoderno.
Joss ya sabe qué pienso de éstos versos, que me gustan los mire desde donde los mire.
Estoy aquí sólo para darle una colleja a la portuguesa.
Es que me gusta estar donde él ha estado. ¿Será eso el amor?
¡Ah! Y que tus adjetivos son horribles, epe. Decir de un verso que es postmoderno es una ordinariez. Falta de clase, claro.
No me había dado cuenta: es que todos, uno a uno somos ese niño.
Buf, Joss, grande.
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