29.11.06



SAN MANUEL BUENO MÁRTIR y EL SÉPTIMO SELLO


- ¡Qué asco!


No sabéis lo cansado que me siento de usar las palabras. Las palabras están ahí, en mi cabeza, y no hacen más que dar vueltas en torno a la misma cuestión. Y cuan francas, cuan lúcidas se me antonjan, y otras veces, cuan retorcidas, escurridizas imposibles de aprehender... Son mi suerte y mi desgracia, me dan la vida y me la quitan, me dan motivos por los que vivir y me arrojan al precipio...


Pero ¿qué me pasa?:


Antonius Block, eso es lo que me pasa, y ahora que por fin he encontrado un nombre para mi enfermedad, ¿podré algún día encontrarle cura? Pero sé que no, sé que no, me contentaría con aprender a vivir con ella, ¿pero acaso no es parte de la enfermedad el hacer tan insoportable la existencia? ¿acaso no siento mientras escribo estas palabras de patética amargura que no soy más que el comediante José (que encima tiene mi nombre) que en su infinita cobardía realiza su baile del oso para sentir pena de sí mismo?

... Si encuentro algo parecido a un remanso de paz es sólo durante un instante cuando estoy junto a María (esposa del tonto José). María que escucha mis cantos, que dice creer en mis visiones, que dice que me quiere, que me necesita, pero al menos es franca conmigo, pues me revela sus verdaderas intenciones...Puta franqueza, mejor te hubieras callado... Cuando te marchas, que claros son tus silencios, cuan llenos de significado...


- Consumatum est!


Es hora de escuchar los cantos de sirena, es hora de rendirse, Salomé quiere que rueden cabezas, la Mantis devora la cabeza del macho, es hora de que el creamaster caiga...He resuelto el puzzle!




Me sacrifico.




Seré el tonto José, el alocado comediante, mentiroso, cobarde, inseguro, fantasioso, alucinado y loco. Y cuando el caballero se acerque a mi, cantaré las mas hermosas odas, para hacerle creer que aún me gusta, cuando en realidad, no es más que temor y odio lo que siento. El escudero será mi protector, pero jamás escucharé sus palabras, sus canciones me hastían, su simpleza me ahoga, y ni a este tonto le engaña su apariencia serena, su seguridad en sí mismo no es más que una fachada, eres igual que yo. María, serás mi cabeza, yo a cambio te entregaré mis genitales. A la bruja la quemo, a Cristo lo sacrifico en la cruz. Al pintor sin escrupulos y al sacerdote los condeno, pero ahora no tengo poder para condenar a nadie, ya no seré nunca más juez, sólo un pobre comediante sin agallas. Lego todo lo que tengo, es decir el Dolor que provoca la Ley, y la Esperanza que da la Incertidumbre a mi hijo Miguel, lo único que podré amar hasta el próximo estacazo.



Muchas gracias al Arquitecto: Ingmar Bergman, te odio y te amo con todo mi corazón. Cuánto daño me has hecho, cuánto bien. Mantendré un soplo de esperanza, I can smell a pinch of hope, por si algún día puedo llegar a ser otro Arquitecto... o quizás un Comediante jugando a ser Arquitecto. No sé si seguiré soñando que mis visiones son reales... me apuesto algo a que sí...


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Sobre mí

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Siempre he estado interesado en la comunicación y en las relaciones sociales, así que en 2001 comencé estudios universitarios de Psicología en Jaén y Nancy (Francia). En 2007 decidí emprender una nueva trayectoria profesional en el mundo de la comunicación y ventas. Simultaneé mi primer empleo como Agente Comercial con estudios de Comercio y Marketing. Pero la vida da un montón de vueltas y este cajón es muy pequeño. Conclusión, me he probado ya cien máscaras y todas me resultan incómodas.

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