12.1.07

Una piedra en el zapato (Advertencia para el que la entienda: texto tipo corazon en la mesita de noche).

Un día desperté y encontré que había una piedra en mi zapato. Intenté extraerla del zapato por mí mismo y me di cuenta de que estaba tan incrustada que no podría sacarla solo. Avisé a mi familia e hicieron todo lo que pudieron por sacarla pero fue imposible. Fuimos a un zapatero pero él no sabía nada de piedras. Fuimos a un geólogo pero él no sabía nada de zapatos. Le preguntamos a mis amigos y mis amigas, sin éxito. Fuimos al médico y nos invitó a cortar el pie. Fuimos al psiquiatra y nos invitó a eliminar mi capacidad para sentir el pie. Fuimos a la Justicia pero estaba cerrado. Preguntamos en la Iglesia y casi nos convencen, si no fuera porque aquella piedra seguía haciéndome daño. Acudí a los libros, hurgué en las bibliotecas y en los museos. Estudié la Historia de otros que como yo se hubieran enfrentado al mismo problema… Me llevó mucho tiempo y la piedra siguió ahí. Finalmente decidí deshacerme de los zapatos y salir descalzo, pero enseguida acabé herido.
Desde entonces he estado usando otros zapatos, pero no acabo de encontrar ningunos como aquellos pares de zapatos con aquella piedra incrustada.

4 comments:

chá said...

genial... te lo pongo en mi blog como colaboración especial...por cierto a ver cuando me escribes...cachoperro

un besito

luca said...

tanto por un zapato....por cierto ya mencione ke t verias mejor con el cabello rubio:P

yosoyjoss said...

No intentes cambiarme, baby! ;-P

chá said...

corazón encima de la mesita de noche??? eso me suena enormemente jajaja

un beso no estamos locos lereileee pero tampoc sabemos lo que queremos lereileeee


Sobre mí

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Siempre he estado interesado en la comunicación y en las relaciones sociales, así que en 2001 comencé estudios universitarios de Psicología en Jaén y Nancy (Francia). En 2007 decidí emprender una nueva trayectoria profesional en el mundo de la comunicación y ventas. Simultaneé mi primer empleo como Agente Comercial con estudios de Comercio y Marketing. Pero la vida da un montón de vueltas y este cajón es muy pequeño. Conclusión, me he probado ya cien máscaras y todas me resultan incómodas.

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